Blog de Esit Traducciones
La crisis logística posterior a COVID - 19
Las cadenas de suministro están soportando choques y atascos que se traducen en precios que se disparan e inventarios que se desarreglan.
Un ejemplo de ello es la logística. Los fletes marítimos han subido más de 460% en el último año. Demasiada demanda de compras en línea y entregas rápidas. Además, gracias a la ayuda en efectivo a los trabajadores, la demanda de consumibles se ha mantenido bastante alta.
Todo esto ha significado puertos demasiado ocupados, muy pocos barcos, pocos trabajadores portuarios, muy pocos camioneros, etc.
Además, el 80% de los servicios de envío global están controlados por un puñado de empresas, lo que requiere acciones antimonopolio para frenar los precios altos, pero eso llevará tiempo.
Incluso los humildes pallets ahora se pagan caro, ya que sus costos han aumentado en un 400% debido a la alta demanda y el precio de la madera.
El sistema de comercio mundial es demasiado rígido y hay retrasos en todos los eslabones de la cadena, lo que explica la lenta recuperación. Además, esto se ve agravado por la incertidumbre, la interrupción y la inflación que probablemente se mantendrán hasta alrededor de 2023.
Las empresas tercerizadas de logística están respondiendo a estas incertidumbres aplicando nuevos protocolos de seguridad entre sus trabajadores, utilizando modos de transporte alternativos, como vuelos fletados o trenes, reasignando la flota para atender exclusivamente la demanda de carga aérea, adaptándose a la demanda, particularmente en las entregas de comestibles.
Otra solución consiste en reconfigurar las cadenas de suministro globales haciéndolas más cortas o diversificadas, agregando almacenamiento o puertos secos cerca de los centros de demanda, de modo que las mercancías se demoren menos en llegar al mercado.
Más hacia el futuro, las empresas planean utilizar más tecnología como Internet de las Cosas, computación en la nube, automatización, análisis de datos para interpretar tendencias a tiempo, robots, drones y vehículos autónomos.
Fuentes: Forbes, Bloomberg e IFC.